El Trabajo Sexual debe ser reconocido como actividad laboral en la Ciudad de México para garantizar los derechos de las PERTS
Ciudad de México, a 02 de junio de 2025
Pronunciamiento 013
En el marco del Día Internacional del Trabajo Sexual, el Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México (COPRED) se suma al llamado de la Comisionada de la Secretaría General de la Organización de Estados Americanos (OEA) para garantizar los derechos humanos de las personas trabajadoras sexuales (PERTS).
El 02 de junio de cada año se conmemora la lucha histórica de las personas trabajadoras sexuales en diferentes países. Su origen se remonta a 1975 en Lyon, Francia, cuando más de 100 trabajadoras sexuales se manifestaron para exponer los abusos y violencias que vivían.
Como parte de los compromisos adquiridos por la OEA, en mayo del presente año la Comisionada para los Derechos de las Personas Trabajadoras Sexuales presentó un informe sobre la situación legal y sociocultural que enfrentan las PERTS en las Américas. El documento señala la trascendencia de distinguir al trabajo sexual de la trata de personas y la explotación sexual, siendo la primera una decisión voluntaria de las personas para ofertar un servicio sexual con fines eróticos a partir de acuerdos preestablecidos.
Reconocer el trabajo sexual como una actividad económica permite situarlo en la esfera laboral y reclamar derechos como la reunión y asociación para el mejoramiento y defensa de intereses, acceso a la seguridad social y los servicios de salud integrales, incluso de planificación familiar, libertad para ejercer este trabajo, acceso a educación sexual integral libre de prejuicios así como a ofertas reales de capacitación y empleo para quienes decidan no ejercer el trabajo sexual.
Adicionalmente, la regulación del trabajo sexual posibilitaría el avance en la protección de los derechos de las PERTS en un sentido amplio ya que las violencias que enfrentan son provenientes de múltiples actores que incluye la familia, personas servidoras públicas y sociedad en general, y tiene diferentes expresiones que abarcan desde discursos ofensivos hasta el homicidio.
No obstante los prejuicios y estigmas en torno a los roles de género, la sexualidad, la clase y la raza fundamentan el rechazo y castigo del trabajo sexual, lo que se traduce en prácticas discriminatorias en el ámbito de la salud, seguridad, acceso a la justicia, por mencionar algunos.
La Encuesta sobre Discriminación en la Ciudad de México (EDIS- 2021) señala que, según la percepción de la población encuestada, las personas trabajadoras sexuales ocupan el vigésimo quinto lugar en la lista de grupos más discriminados en la capital.
Por otro lado, el informe de la Comisionada para los Derechos de las Personas Trabajadoras Sexuales de la OEA destaca que las violencias ejercidas por autoridades en los distintos niveles son consecuencia de la omisión del marco normativo que legalice o regule el trabajo sexual, esto posibilita que los agentes del Estado interpreten a discrecionalidad la legislación.
Lo anterior se constata con los resultados de la Segunda Encuesta de Trabajo Sexual, Derechos y No Discriminación en la Ciudad de México realizada por este Consejo en coordinación con organizaciones de la sociedad civil. Esta indica que el 64.1 por ciento de las personas encuestadas han sufrido algún tipo de violencia o discriminación ejerciendo el trabajo sexual en la calle, tanto por particulares como por personal que laboran en instituciones públicas.
En la actualidad, el trabajo sexual en la Ciudad de México no se considera como delito ni falta administrativa, sin embargo, se requiere establecer marcos que regulen el trabajo sexual, para que, quienes lo ejercen, disfruten de condiciones de trabajo seguras.
El COPRED reconoce que el activismo de las personas trabajadoras sexuales ha impulsado cambios significativos en el ejercicio de sus derechos del mismo modo que la voluntad de autoridades para impulsar logros legales como el amparo 112/2013 obtenido en 2014 y la derogación de los artículos en la Ley de Cultura Cívica de la Ciudad de México. Adicionalmente exhorta a las autoridades correspondientes a reconocer legalmente el trabajo sexual como trabajo para favorecer el desarrollo pleno de las personas trabajadoras sexuales.
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