COPRED exhorta a eliminar la discriminación en entornos escolares

Publicado el 02 Mayo 2024

Pronunciamiento 016

Ciudad de México a, 02 de mayo de 2024

En el marco del Día Internacional contra el Acoso Escolar, el Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México (COPRED) exhorta a todas las instituciones y autoridades a desarrollar estrategias de seguridad y protocolos encaminados a la construcción de espacios seguros en donde el diálogo, la promoción y difusión de los derechos humanos y el respeto a la diversidad sean mecanismos de convivencia.

El acoso escolar se define como una conducta intencional y persistente que atenta contra la integridad (incluida la discriminación) de las personas víctimas en una relación que suceda dentro de los límites físicos o en el marco de una relación gestada en el espacio escolar.

Es importante dimensionar los alcances del acoso escolar, pues es una forma grave de violencia que afecta profundamente el bienestar emocional, físico y social de las, los y les estudiantes. Este fenómeno se caracteriza por comportamientos repetitivos de intimidación, exclusión social, amenazas o agresiones físicas, donde la víctima se siente impotente frente a las personas acosadoras. Además de las consecuencias inmediatas, como el miedo y la ansiedad, el acoso escolar puede dejar secuelas a largo plazo en la autoestima y el rendimiento académico, obstaculizando su desarrollo integral y su capacidad para interactuar en ambientes sociales saludables.

La discriminación en las escuelas, ya sea basada en el género, el origen étnico, la discapacidad, la orientación sexual o cualquier otra diferencia, agrava aún más los efectos del acoso escolar. Estas actitudes discriminatorias no solo marginalizan al cuerpo estudiantil de grupos históricamente discriminados, sino que también perpetúan ciclos de violencia y exclusión, socavando los esfuerzos por crear un ambiente educativo inclusivo y respetuoso.

Las personas involucradas en este fenómeno no solo son estudiantes, sino también la comunidad estudiantil que involucra a las autoridades educativas, así como personas tutoras y familias.

Es fundamental que las instituciones educativas implementen políticas claras y efectivas contra el acoso y la discriminación, promoviendo la igualdad y el respeto mutuo como pilares de su cultura escolar. Solo a través de un compromiso colectivo y acciones concretas podremos asegurar que las, los y les estudiantes tengan la oportunidad de aprender y crecer en entornos seguros.

Por otro lado, existe también el ciberacoso, otra dimensión del bullying y consiste en la intimidación, humillación o transgresión de la integridad por medio del uso de tecnologías digitales. Las plataformas en donde se manifiesta van desde las redes sociales a foros de juegos, pasando por sistemas de mensajería o telefonía móvil.

De acuerdo al Módulo Sobre Ciberacoso (MOCIBA) contemplado en la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH) levantada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en 2022, el 29.3% de mujeres y el 20.1% de hombres de 12 a 19 años fueron víctimas de ciberacoso. Las redes sociales son las plataformas informativas más utilizadas para su realización.

A pesar de no ocurrir en un espacio físico, el ciberacoso tiene consecuencias en las personas. De acuerdo con UNICEF, las consecuencias pueden durar largo tiempo y afectar a la víctima de muchas maneras:

• Mentalmente. Se siente preocupada, avergonzada, estúpida y hasta asustada o enfadada.

• Emocionalmente. Se siente avergonzada y pierde interés en lo que le gusta.

• Físicamente. Se siente cansada (pierde el sueño) o sufre dolores de estómago y de cabeza. Por lo cual es imperante, dado el auge de las redes sociales, poner atención en este tipo de violencia, crear mecanismos que coadyuven en una gestión óptima del uso de las nuevas tecnologías y utilizarlas también para la difusión de la educación en derechos humanos.

Resulta fundamental que las escuelas y las familias proporcionen educación digital a las infancias y adolescencias para prevenir, eliminar y ayudar a detectar estas conductas. En este sentido, el Consejo reconoce el importante papel que juegan los espacios educativos en pro del cambio cultural y social encaminado a una cultura para la paz y respeto a la identidad de todas las personas.

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