El COPRED condena y señala con preocupación la violencia hacia las personas trans

Publicado el 15 Enero 2024

Pronunciamiento 002

Ciudad de México a, 15 de enero de 2024

El Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México (COPRED) condena enérgicamente y señala con preocupación la violencia basada en prejuicios hacia las personas trans.

En nuestro país existe una situación de violencia generalizada en contra de las personas con orientaciones sexuales, identidades y expresiones de género diferentes a la cisgénero y heterosexual. En los últimos días los asesinatos de mujeres trans preocupan particularmente a este Consejo.

A pesar de su reconocimiento legal en la Constitución Política de la Ciudad de México como un grupo de atención prioritaria, las personas trans continúan viviendo prejuicios, estigmas y discriminación por su identidad de género que difiere de los modelos hetero-cis-normativos, lo que continúa excluyéndoles e impide el acceso efectivo a sus derechos.

De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Diversidad Sexual y de Género (ENDISEG) 2022 se estima que el 5% de la población se identifica como LGBT y que 0.9% de las personas encuestadas, se considera con identidad de género diversa a la asignada al nacer. En la Encuesta sobre Discriminación de la Ciudad de México (EDIS 2021), según las personas encuestadas, las personas trans se ubican dentro de los primeros 15 grupos más discriminados y la apariencia (forma de vestir, imagen) es una de las formas de discriminación con mayor prevalencia.

Es urgente terminar con los prejuicios que alimentan los discursos, la discriminación y, en última instancia, las violencias. La discriminación y violencia exacerbada hacia la población trans no solo se encuentra en los espacios públicos (calle, escuelas, trabajo, servicios médicos y establecimientos mercantiles, etc.), también se encuentra en el ámbito privado y familiar (padres, hermanos, abuelos, etc.), afectando a las personas trans en todas las esferas de la vida, orillándolas a situaciones de extrema pobreza, maltrato, privación de sus derechos sociales, políticos, culturales y económicos, y en distintos casos -como lo hemos visto en días anteriores- a los crímenes de odio.

Es importante y necesario generar conciencia en torno a la vulnerabilidad de estas poblaciones, a la desigualdad de condiciones para acceder a todos los derechos, a discriminación y la violencia que han vivido históricamente las poblaciones de la diversidad sexual y de género, en específico las mujeres trans.

Reconocerles y garantizar el ejercicio de sus derechos con base en su dignidad humana es una tarea y responsabilidad conjunta. Garantizar sus derechos y trato digno es una obligación del Gobierno que también requiere de la participación de la sociedad. La eliminación de los prejuicios y estigmas requiere de cambios culturales que necesitan una co-responsabilidad comunitaria.

Por ello, desde el Consejo resaltamos la importancia del trabajo con sectores privados, señalamos la relevancia del trabajo interinstitucional y exhortamos a las autoridades responsables de impartir justicia para que indaguen y resuelvan los distintos casos de violencia cometidos contra la integridad de la vida de las personas trans de acuerdo con sus competencias y con perspectiva de género, a fin de que no queden impunes. Que los delitos sean perseguidos tomando en consideración los contextos de identidad, pero también de las violencias y discriminación que les rodeaban en sus profesiones u oficios.

La procuración e impartición de justicia ante las poblaciones en situación de exclusión, discriminación y violencia debe atender particularmente los contextos y que personas trans no gozan de derechos en pie de igualdad y por ello es fundamental que en el campo judicial se igualen sus condiciones a través de las herramientas como la perspectiva de género, es decir, se deben atender los contextos de desigualdad y subordinación, así como las situaciones de desventaja y vulnerabilidad, la precariedad y la violencia.

Desde esta misma institución hemos expresado en repetidas ocasiones que los discursos discriminatorios y de odio son inaceptables, vulneran la dignidad de las personas y las colocan en riesgo, pues legitiman, multiplican y fomentan las violencias. Por ello, conminamos a las personas que hacen uso de las redes sociales a evitar reproducir la violencia y revictimizar a sus víctimas.

La libertad de expresión en un Estado democrático descansa sobre los valores de este: la dignidad, libertad y el respeto absoluto a los derechos humanos de todas las personas sustentado sobre el principio de universalidad. En este sentido, los discursos discriminatorios y de odio no pueden tener cabida en una sociedad democrática toda vez que socaban los valores sobre los que se sostiene.

Las redes sociales tienen la virtud de ser espacios en donde el discurso democrático se produce de manera libre y horizontal, sin embargo, pueden ser aprovechadas, muchas veces desde el anonimato, para verter discursos que atacan los valores de la propia democracia y es responsabilidad de todas las personas usuarias impedirlo.

La violencia digital, es decir, la violencia que se ejerce a partir del uso de las TICs tiene efectos reales y tangibles en las vidas de las personas. Nadie es inmune a los insultos y vejaciones a través de una red social, pero, además, esa violencia puede normalizar, incitar o justificar la discriminación y las violencias que ponen en peligro la vida e integridad de las personas.

Reiteramos nuestro compromiso y obligación legal de continuar con la tarea de prevenir y eliminar la discriminación hacia las poblaciones trans, de manera particular colaborar interinstitucionalmente, así como con el ámbito privado, para lograr erradicar los prejuicios y estigmas que pesan aún sobre las personas de la diversidad sexo-genérica.

En el COPRED lamentamos profundamente los asesinatos de Samantha Gomes Fonseca, Gaby Ortiz, Miriam Ríos, La Vanesa y de una mujer trans no identificada (en Tlaquepaque), así como los ataques violentos hacia Paola Suárez y Nicté Chávez. Todas las vidas trans importan y merecen justicia.

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